viernes, 15 de febrero de 2013

CUENTA ATRÁS PARA EL CONCIERTO DE DANI FERNÁN EN NdelT













El miércoles que viene seguimos con nuestro humilde ciclo de conciertos acústicos, y contaremos con Dani Fernán, un canatutor nacido en San Roque -provincia de Cádiz- pero afincado desde hace años en Madrid. Dani Fernán habla de amor, de soledad, de locura... de todo lo que hablan las canciones, eso de lo que hablamos siempre pero sin mojarnos, de la vida. Su visión del mundo nos la muestra filtrada en su métrica aliterada y paradójica, donde el sentido figurado es muchas veces más importante que lo puramente literal...
De una grandísima capacidad y profundidad poéticas, y con una absoluta cercanía a lo que ocurre a pie de calle, Dani es capaz de escribir pequeñas joyas como



MARTINI ROJO

Martini rojo con hielo, son las cuatro
mi vida, un garabato
borracho como un perro, solo como un gato
me hago un mai para aclararme las ideas
que baje la marea
la luna se derrama por el borde de la cama
la soledad no está tan mal al fin y al cabo
escucha lo que hago y mira lo que digo
con Martini rojo y con afán de divo trasnochado.

En la pared hay un reloj que se deshora
las cinco y diez, que suman quince primaveras
la aurora con retraso
y en la espera lleno el vaso.
Todos los restos de los restos que dejaste,
lo que de mí no te llevaste,
los sirvo con hielo.
Son las seis y todo a pelo, todo al traste.
Una noche más que ni busco ni encuentro.
¿Dónde hay que buscar si no es por dentro?
De casualidad me pongo a tiro
para el aire que respiro.

todo es cuestión de discutirse las cuestiones
frente al espejo, como un loco,
me cuido poco y hago más canciones,
todo es cuestión de corazón,
todo es decoración, la vida es carne de cañón.
Una noche más que ni busco ni encuentro.
¿Dónde hay que buscar si no es por dentro?
De casualidad me pongo a tiro
para el aire que respiro.

Estoy borracho, son las siete menos cuarto
y con afán de rey lagarto
me pierdo de perfil desnudo en un hotel,
esta intención de desgranarme en el papel,
esta ocasión de desnudar la piel.
Vivir adrede al borde del infarto,
no dejaré de ti ni una palabra por escribir,
de algo habrá que morir, de algo habrá que morir...
La conclusión: las siete y media y ya clarea,
que suba la marea...
Acabo este poema, espero que lo leas...


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